
“Se debe hacer todo tan sencillo como sea posible, pero no más”, dijo Albert Einstein
Hoy volvemos a las palabras de una querida amiga, Patricia Mariscotti.
El lugar de partida es la propia persona, el uno mismo que sale al mundo, y esto no resulta
sencillo, al contrario de lo que nos sugiere el gran científico.
Sin embargo, todo sobre el ser se simplifica cuando, a ese mundo que desconocemos, lo
dejamos mostrarse tal como es, en un intento de vaciamiento de ideas concebidas y juiciosas.
De lo que se trata es de buscar la máxima sencillez, sin traicionar lo verdadero de la cosa.
Es difícil pero no complejo, para ello debemos saber dejar de lado los prejuicios sin temor a sus consecuencias.